Es difícil resumir 20 años en un artículo, y más aun con la intensidad de lo vivido. Dos décadas han pasado ya desde el inicio de AEPAE en 2004, año del primer suicidio por acoso escolar que apareció en los medios de comunicación de España. El conocido y dramático «caso Jokin», el adolescente de 14 años que se suicidó en Fuenterrabía, arrojándose al vacío con su bicicleta desde lo alto de la muralla de la ciudad. Este suceso visibilizó un problema que existía desde siempre, pero en este caso, el impacto mediático y la visibilización del trágico suicido generó una gran preocupación en la sociedad.
Tras este suceso, muchas familias comenzaron a traer a las clases de Yawara-Jitsu infantil -defensa personal científica- que impartía en varios gimnasios y colegios a sus hijos e hijas, que estaban sufriendo maltrato en sus respectivas escuelas. Este es el punto de inicio de un viaje apasionante, el de la formación de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), fundadora y coordinadora de Plan Nacional para la Prevención del Acoso Escolar, hoy referencia a nivel nacional e internacional.
Mi objetivo era generar una metodología con la que dotar de herramientas asertivas de alto impacto, a las víctimas de acoso escolar, para sacarlas de la indefensión aprendida. Por una parte, mi experiencia como maestro internacional de defensa personal -especializado en niños y adolescentes, habiendo realizado una metodología científica para la gestión del miedo y la violencia- en la impartición de clases y cursos, en multitud de gimnasios y colegios. Por otra, mi licenciatura en periodismo y comunicación, en el estudio de la comunicación asertiva, me aportaron visión y foco en mi objetivo, para dar a la asertividad un enfoque integral, no solo limitado a la comunicación verbal. Había que crear una metodología en lo que era más urgente: la atención a las víctimas. Con la colaboración de mis dos compañeros, cofundadores de AEPAE: Goyo Pastor, profesor en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y experto en teatro corporal y Miguel del Nogal, psicólogo clínico con amplia experiencia en procesos terapéuticos, armamos una metodología extraordinaria y nació el primer curso de prevención del acoso escolar, que generó un grandísimo interés, apareciendo en varias cadenas de televisión nacional.
Empezamos a aplicar nuestro método -en estos inicios de AEPAE-, y observamos una mejoría espectacular en las víctimas. Recuerdo entre los cientos de casos, el mensaje de una madre, una vez terminado el curso, con la fotografía de su hija, sonriendo con el diploma en la mano, que decía: «Gracias infinitas, mi hija ha vuelto a sonreír después de tres años de sufrimiento». Íbamos por el buen camino, mejorando y puliendo cada vez más nuestra metodología. Y comenzaron a llegar los reconocimientos académicos, como el primer convenio de colaboración con la Universidad Complutense de Madrid -Máster de Victimología- en el año 2013; hoy tenemos firmados convenios de colaboración con 10 Universidades y más de 50 organismos públicos, privados y empresas.
Desde esta primera semilla, y atendiendo a las numerosas peticiones de ayuda y formación, fuimos ampliando la metodología para impartir formación a las familias, personal docente, medición de la incidencia, reeducación de los acosadores, herramientas didácticas de uso en el aula y más; y conformamos un plan integral de prevención e intervención ante el acoso escolar, que es el más completo que existe en el mundo actualmente, y que ha conseguido una disminución de la incidencia general de un 56% y de un 95% en víctimas severas, haciendo una medición científica en la pre-intervención y la post-intervención. El Plan Nacional para la Prevención del Acoso Escolar, se presentó en la sede de la RESAD de Madrid, en el año 2015. Desde entonces, AEPAE ha impartido formación en 150 colegios a más de 35.000 estudiantes, y todo ello sin ningún apoyo público. Y en lo más urgente, las víctimas severas, hemos atendido a casi 5.000 niños, niñas y adolescentes. Desde aquí, y siendo conscientes de la transversalidad del acoso escolar, fuimos ampliando el equipo docente de AEPAE, con profesionales expertos en psicología, pedagogía, educación y trabajo social, abogacía, psiquiatría, arteterapia, arte dramático, autodefensa y autoprotección, ciberacoso y violencia en Internet, conformando un equipo especializado de más de 100 personas en 17 delegaciones territoriales.
Otro de los logros de los que nos sentimos más orgullosos son los campamentos de verano «Generando Confianza» para víctimas severas de acoso escolar -de los que ya hemos realizado 7 ediciones- para niños, niñas y adolescentes con daño psicológico y emocional severo, que están en atención terapéutica, salud mental, con estrés postraumático e intentos de suicidio en la gran mayoría de los casos. Ya han pasado más de 100 víctimas severas de acoso escolar por nuestros campamentos, en los que ofrecemos becas gratuitas para todos los alumnos, gracias a las empresas que nos ayudan por responsabilidad social corporativa. Estas personas pequeñas y maravillosas que acuden a los campamentos, con un sufrimiento insoportable, han vuelto a sonreír y confiar en la vida tras asimilar la metodología, enseñanzas y herramientas de AEPAE.
Es también importante destacar la expansión internacional y el impacto de nuestra página web, que recibió en 2023 un millón de visitas, siendo referencia nacional e internacional en lengua española. Hemos colaborado con el Gobierno de México, con el de Colombia y con diversos proyectos europeos. Seguimos creciendo y ampliando fronteras, y liderando diversos estudios y proyectos de investigación.
Y en cuanto al impacto social y mediático en nuestro país, hemos desarrollado y colaborado en más de 15 campañas nacionales de sensibilización y concienciación; por ejemplo, en este curso académico 2024/205 con: Securitas, Giotto, Maxibon. Mattel, Fundación La Liga y Disney.
Estamos de aniversario, pero no estamos felices, porque si existimos es porque el acoso escolar está más presente que nunca. Estamos programando muchas actividades y reforzando las áreas de formación, ciberacoso escolar, atención legal y comunicación -con una necesaria modernización corporativa-, y la presentación de nuestro Podcast «Generando Confianza», para seguir ayudando en la prevención del acoso escolar a miles de familias que se ven abandonadas y desasistidas por el propio sistema que, como Saturno, acaba devorando a sus hijos.
Para contextualizar el problema, si hacemos la media de los últimos estudios de incidencia: UNESCO, UNICEF, Save The Children, Amnistía Internacional, Fundacion Colacao y AEPAE, la incidencia del acoso escolar es de 1 de cada 5 estudiantes, es decir, más de un millón y medio de niños, niñas y adolescentes en España.
Tras 20 años de trayecto no ha cambiado mucho la situación, siendo el acoso escolar la principal causa de suicidio en la infancia y la adolescencia. No podemos olvidar tampoco el impacto de las redes sociales, con el aumento del ciberacoso escolar, que acaba siendo preludio o consecuencia del acoso escolar presencial. Los protocolos de actuación se han convertido en vehículo de protección de los centros escolares, más que de las víctimas y sus familias; y las tres directrices esenciales que deben seguirse en cualquier caso de acoso escolar: proteger a la víctima, sancionar al victimario -de forma reeducativa más que punitiva- y sensibilizar en el aula, brillan por su ausencia en el sistema público. No así en el Plan Nacional para la Prevención del Acoso Escolar que coordina AEPAE y que está a disposición de los estamentos educativos. La prevención y erradicación del acoso escolar necesita un cambio estructural. No podemos permitirnos, como sociedad, que miles de niños estén sufriendo este calvario, que genera la normalización de la violencia a todos los niveles. No lo podría expresar mejor M.B.S. de 6 años, víctima de acoso escolar al que atendimos, cuando le dice a su madre: «Mamá, en el colegio me quieren oscurecer el corazón».
Podríamos contar multitud de situaciones, algunas dramáticas, pero otras muchas cargadas de esperanza. Hay una frase que me retumba el corazón, la de María, de 13 años, víctima severa de acoso escolar con tres intentos de suicidio, que estuvo en uno de nuestros campamentos de verano, cuando nos dijo: «Ya no es tanto que me insulten, me peguen o me escupan todos los días… lo que más me duele es ver que a nadie le importa».
El acoso escolar mata. O te implicas para erradicarlo o eres cómplice, no hay término medio. Como dice mi compañero Goyo: «¡Seguimos!»
Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE
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