Llegó el cuarto día de campamento, el cansancio, las emociones vividas, las charlas de habitación, van retrasando la hora del desayuno, pero el CrossFit y el Animal Flow no dan tregua. Poco a poco l@s chic@s van asimilando el ejercicio, su utilidad y sus cuerpos se muestran más activos y más presentes.
El tema de este día es “La rabia y la tristeza” dos grandes emociones. La primera pudiera parecer una emoción enérgica, que invite a la reacción. Pero no siempre es así.
A través de una serie de ejercicios específicos, de movimiento, respiración, auto-reconocimiento, localizamos e identificamos la rabia contenida y acumulada por mucho tiempo, para liberarla en
un entorno seguro, confrontarla y después gestionarla y darle el lugar que le corresponde.
Pero en muchos de los casos no fue así. En mayor o menor medida apareció “La indefensión aprendida”. La indefensión aprendida aparece cuando la persona percibe que sus acciones para evitar situaciones adversas, dolorosas o violentas, no tienen una resolución favorable y acaba por adoptar un comportamiento pasivo.
El botón ON pasa a OFF en décimas de segundo.
Pensamientos tipo: “Me da igual..”, “No va a servir para nada..”, “Ya parara en algún momento..” emergen instantáneamente, anulando toda respuesta Cognitiva y Fisiológica. Lo que aparentemente parece desidia, pasotismo, desinterés, en los adolescentes, en muchos casos puede ser incapacidad.
Como consecuencia de una exposición continuada a situaciones violentas, psíquicas o físicas y la no acción, puede desarrollar en la persona, baja autoestima, ansiedad, depresión y una óptica deformada que no ayudará a solucionar situaciones difíciles que se le presenten en el futuro. Por eso debemos abrir canales de comunicación, con mensajes positivos, motivadores y hacer sentir a nuestr@s hij@s, amig@s, compañer@s, que están acompañad@s durante su proceso, en el que un/a profesional de la salud mental, le ayudara a remodelar esos comportamientos y pensamientos limitantes.
Cuantas cosas por cambiar en nuestras formas de relacionarnos los unos con los otros, y que poco se reflexiona acerca de ello en las instituciones, en los colegios y en las familias.
El día había sido duro, muy cansado, pero a la vez muy revelador.
Francisco Pacheco
Área de Teatro Corporal de AEPAE