Y llegó el primer día de campamento. La cristalización de muchos meses de trabajo y preparación. El equipo de AEPAE ilusionado y deseoso de conocer a estos niños, niñas y adolescentes especiales que han sido maltratados en sus centros escolares y traen una profunda herida emocional, que necesitan curar.
Fueron llegando las primeras familias, de diversos lugares de la geografía española: Madrid, Toledo, Murcia, Ibiza o Valencia, expectantes y con la ilusión reflejada en sus rostros. Les acomodamos en sus habitaciones, mientras nuestra psicóloga tendría una reunión con las familias.
Este primer día tenía como hilo conductor, la confianza y la desinhibición. Después de las presentaciones del equipo docente realizamos varios dinámicas de desinhibición y confianza antes de irnos a comer. Después de comer, descanso y piscina y más tarde, asamblea para elaborar un mural con los objetivos que se van a trabajar en el campamento y una lista de compromisos. Desde ayudar y compartir, a divertirse y aprender y estar presentes en el aquí y el ahora. Y la elaboración de un jardín con 5 flores con un lema en cada una de ellas: Actitud del equipo, participación en las actividades, respeto, colaboración y cooperación, responsabilidad y resolución de conflictos, cuyos pétalos se dibujarían cada día de acuerdo con el resultado de la jornada.
Y sucedió algo mágico, habían roto la barrera de la timidez y se comportaban como si se conociesen de mucho tiempo. Compartir sus experiencias, sus miedos y sus anhelos les habían unido emocionalmente. Los más pequeños, cansados de la larga jornada de campamento y del viaje previo fueron acogidos por compañeras más mayores, y en algunos casos, se quedaron dormidos en sus rodillas. Comenzaba un campamento en el que ya empezaban a ser familia.
Después de la cena, en la primera velada nocturna. Realizaron un escape room en el que tendrían que encontrar diez pistas para poder salir de la cabaña. Tuvieron que trabajar en equipo para conseguirlo. Encontraron la llave y tras un grito de júbilo, salieron de la casa. Un primer día lleno de emociones compartidas.
Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE