Hoy aparece en madridiario.es una noticia sorprendente:
«Un plan para extirpar el acoso de los colegios«.

Un plan que según dice el artículo está en proceso de elaboración. Un plan que parece ser una copia de nuestro Plan Nacional (fruto de nuestra experiencia de más de 10 años y de atender a más de 3.000 víctimas de acoso escolar). No nos sorprendería demasiado este hecho, dado que España es así. Los políticos no reaccionan hasta que hay alarma social y de ahí implementan medidas urgentes para calmar a la opinión pública. Muchas de ellas poco efectivas pero si efectistas, es decir, que parezca que estamos haciendo algo, aunque ese algo no sea lo más adecuado.

El pasado mes de Abril nos reunimos con la Directora General de Familia, Infancia, Educación y Juventud del Ayuntamiento de Madrid. Nos atendió amablemente en compañía de dos técnicas de educación, pero nos comentó que las competencias en educación pertenecían a la Comunidad de Madrid.

En Mayo nos reunimos con el Director de Educación Infantil, Primaria y Secundaria de la Comunidad de Madrid, con la subdirectora y con la responsable del área técnica y salimos de la reunión muy decepcionados, por el poco interés demostrado, por el trato poco correcto -no se puede estar mirando continuamente el reloj y el teléfono móvil y poner cara de circunstancia cuando lo que escuchan no es de su agrado-. Hubo principalmente varios comentarios que nos dejaron de piedra.

El primero decía que en el instituto Ciudad de Jaen -donde se suicidó Arancha-, se hicieron las cosas correctamente y que se están haciendo muy bien las cosas en prevención del acoso escolar. Hace unas semanas salía la noticia de la sanción al director de este Instituto, y hace pocos días el director sancionado comentaba en los medios que había sido el chivo expiatorio de la situación. ¿Cómo es posible que después de un mes en el que ya se conocía el acoso escolar por parte de la familia, del centro escolar y de la policía, nadie pudo proteger a Arancha? Afirma el director del instituto que, con los medios que tienen (masificación de alumnos, pocos orientadores, poca o nula formación de los profesores, protocolos lentos, burocráticos y poco eficientes, y muchas carencias más), no podía hacer otra cosa que lo que hizo.

Otro comentario sorprendente es que no hay dinero para implementar nuestro plan, pero se ponen en marcha medidas innecesarias y carísimas, como pretender establecer un teléfono de atención a las víctimas que cuesta cientos de miles de euros, cuando ya existe un teléfono de asistencia a las víctimas de la Fundación Anar que funciona perfectamente desde hace muchos años.

Pero este intento de copia de nuestro plan tiene varias carencias y trampas importantes.

La primera de todas es que medir la incidencia del acoso escolar requiere de una herramienta psicométrica precisa, y un sociograma no es una herramienta de medición de la intensidad del acoso y del daño, sino meramente una herramienta que nos indica cual es el clima de convivencia del aula.

La segunda falla es considerar que la policía local es experta en acoso escolar -nos llegan muchos mensajes de policías que nos piden herramientas para sus charlas-, y aún más considerar que el ciberacoso es lo más importante, cuando es meramente una consecuencia más del acoso escolar, una manera de hacer acoso escolar muy peligrosa que incrementa la intensidad y la duración del mismo. Mientras que el acoso escolar suele comenzar a los 5 o 6 años, el ciberacoso suele comenzar a los 11 o 12, entonces ¿por qué centrar el foco sobre el ciberacoso? Ser experto en seguridad informática no nos hace expertos en acoso escolar. Las medidas de seguridad para prevenir el ciberacoso son necesarias, pero antes hay que prevenir el acoso escolar y conocerlo bien. El ABS de un coche nos puede salvar de un accidente grave, pero antes debo aprender a conducir el vehículo correctamente. No entender esto es desconocer qué es el acoso escolar.

Se habla de medidas preventivas hacia los acosadores y las víctimas pero esto es incorrecto. Si ya son víctimas o acosadores, no hay prevención posible, sino actuación. A los acosadores hay que sancionarlos de manera educativa y no punitiva, y reeducarlos -con especial atención a los acosadores reincidentes-. Y a las víctimas, protegerlas y darles valor y herramientas para evitarlo, que es lo que hacemos en AEPAE.

Y por último, no se habla de materiales didácticos de uso en el aula, como hace nuestro Plan Nacional, con herramientas específicas para primaria y para secundaria. Todo nuestro plan está implementado por personal especializado con herramientas específicas para cada actuación –a los alumnos, a los padres y a los profesores y personal del centro- en sensibilización, prevención y actuación.

El coste económico total de nuestro plan es de 10 euros por niño y año académico y se puede adaptar su implementación a los recursos económicos disponibles, e incluso damos la oportunidad a las empresas para que apadrinen un colegio. Que no nos digan que sí hay cientos de miles de euros para un teléfono de atención a víctimas pero no para implementar nuestro plan, un plan bueno y completo para prevenir de una manera eficiente los casos de acoso escolar. O a lo peor, sacan estas noticias en estas fechas por mero interés electoral, ya que, según dice el artículo, es un plan que está en proyecto.

Nosotros desde AEPAE ya estamos implementando nuestro plan en varios colegios y vamos a seguir haciéndolo. Tenemos ya delegaciones en Madrid, Barcelona, Málaga y Alicante, y estamos formando nuevas delegaciones en Valencia, Murcia y Burgos. Y no solo en España, sino también en Argentina, Chile y México. Seguimos avanzando y creciendo. Nuestra experiencia no es teórica, ni estamos sentados en nuestros despachos, sino directa en el trato con las víctimas -más de 3.000 en los últimos 10 años-, y con sus familias. Sabemos cuáles son las carencias y los problemas reales con los que se encuentran las familias, y por esa misma razón hemos implementado nuestro Plan Nacional basado en esa experiencia. En nuestro equipo hay psicólogos, pedagogos, abogados, criminólogos, educadores sociales, profesores de arte dramático, expertos en ciberacoso, seguridad y autoprotección, especializados en la prevención del acoso escolar. Y tenemos firmados convenios de colaboración con universidades, asociaciones, fundaciones y ONGs.

Como parte de la sociedad civil no tenemos que ser políticamente correctos, nos permitimos llamar a las cosas por su nombre.

Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva.
Presidente de AEPAE.

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