Cada niño es único e irrepetible. No están hechos a imagen y semejanza de sus padres ni de sus educadores. Tienen todo el derecho a seguir su propio camino y a ser como ellos quieran llegar a ser. La herencia genética les dota de unas potencialidades innatas, pero el ambiente en el que desarrollen estas potencialidades será mucho más determinante.

AEPAE

La búsqueda de la identidad es fundamental para nuestros hijos. Ellos quieren encontrar su sitio, sentirse aceptados y queridos. Hay grupos de amigos que los harán crecer y otros que les pondrán en problemas y serán perjudiciales para su evolución y aprendizaje. Fomentemos su participación en grupos deportivos, artísticos y culturales. Facilitémosles un ocio saludable y enseñémosles a amar la naturaleza y el medio ambiente. Es importante no sobreprotegerlos. Dejadles que tengan capacidad de decisión dentro de los parámetros educativos que hayamos elegido para su crecimiento.

Los padres tendemos a comparar nuestros hijos con los del prójimo. A menudo con frases que destacan sus carencias y no sus habilidades: «Quiero que mi hijo mejore. Le veo muy despistado, descoordinado. Al lado de sus compañeros le noto muy torpe». Paciencia. Cada niño sigue su propio ritmo. Fortalezcamos sus carencias y asentemos sus puntos fuertes. Un mensaje positivo tendrá mucha mayor influencia en su comportamiento que un mensaje negativo. Es mejor decir: «Estás mejorando y, si lo haces de esta manera, lo harás aún mejor», que decir: «Lo estás haciendo mal». De la primera manera, le damos confianza. De la segunda, se la quitamos.

Otra tentación de muchos progenitores es reproducir sus miedos o sus prejuicios en sus hijos, forzándoles a seguir sus propios sueños, en vez de permitir crecer a su hijo en su propia singularidad.

La bondad y el afecto no se encuentran en el volumen de la cuenta corriente. Muchas veces, los padres enseñamos a nuestros hijos que la felicidad y el éxito están asociados a la riqueza, al dinero. Hay ocupaciones que tienen mayor prestigio social que otras, pero todas son necesarias. Enseña a tus hijos a respetar a las personas sin importar su procedencia social ni su nivel económico. Nos sorprende cuando aplicamos el Plan Nacional para la Prevención del Acoso Escolar en colegios privados de élite, y comprobamos que el índice de acoso escolar provocado por exclusión social es más alto que en el resto de los colegios.

El derecho a la diferencia descansa en el principio de igualdad: el derecho de todos a no ser discriminados por su individualidad. Parece contradictorio, pero saber respetar a los demás en sus diferencias no está reñido con ser conscientes de nuestras semejanzas. Lo que nos asemeja es siempre más numeroso que lo que nos diferencia. Muchos niños tienden a asociarse a lo semejante y alejarse de lo distinto. Se cierran a otras realidades, a otras culturas, a otros modos de entender la vida. Si bien es natural la elección de un grupo afín, puede resultar negativo cerrarse a los demás y pensar que su realidad es la única realidad válida. La apertura hacia otras realidades vitales propicia la cooperación y la integración. El cierre vital hacia otras realidades propicia sin embargo la escisión y la discriminación. No hay que olvidar que somos ciudadanos del mundo y que la sociedad camina hacia el mestizaje de culturas, etnias y religiones. Camina hacia la diversidad.

Entre los niños es muy común etiquetar: el empollón, el pijo, el deportista, el raro… Hemos creado arquetipos sociales con un significado unívoco, cuando las personas somos poliédricas y tenemos una riqueza personal mucho más profunda de lo que una primera impresión pueda llegar a suponer. Enséñale a no prejuzgar a sus semejantes.

 

Ideas fuerza de este primer capítulo:

  1. No reproduzcas en tu hijo tus necesidades o tus carencias.
  2. Déjale crecer y escúchale.
  3. Ayúdale a conocer otras realidades y otras culturas.
  4. Enséñale que su realidad no es mejor ni peor que las demás.
  5. Respeta sus gustos y sus necesidades, aunque no los compartas.

Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE

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