El Magisterio Español
Pilar Ruz (informacion@magisnet.com)
Miércoles, 18 de mayo de 2016 /Nº 11.098

El presidente de la asociación, Enrique Pérez-Carrillo, hace hincapié en la importancia que tiene la formación en lo relativo a la prevención y a la actuación contra este fenómeno que afecta a niños de Primaria y Secundaria.

“La sensibilización contra el acoso empieza por entender qué es y el daño que genera”

La Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) es una entidad no gubernamental en la que trabajan diversos profesionales de la Educación con el objetivo de prevenir el acoso escolar en centros educativos. Su presidente, Enrique Pérez- Carrillo, plantea una metodología de actuación basada en la prevención y sensibilización tanto de estudiantes como de padres y personal docente.

Pregunta: ¿Qué es la Aepae y cuál es su función?
Respuesta: Es una asociación de ámbito civil que surgió por la necesidad de atención hacia la víctimas. Hace más de 10 años se empezaron a impartir los cursos para los afectados por el fenómeno y desde ahí nos empezaron a demandar más servicios como charlas a los colegios o a los padres. La función de la asociación es dar formación en sensibilización, prevención y actuación frente a este problema. En este sentido se ha generado un Plan nacional para la prevención del acoso escolar, que es nuestro objetivo principal.

P. ¿Cuándo se puede decir que un niño está sufriendo acoso escolar?
R. Hay niños que lo sienten a los 2 meses y otros a los 2 años. Nuestra experiencia nos dice que es acoso escolar cuando el niño tiene la expectativa de que al entrar por la puerta del centro va a ocurrir de nuevo esa situación desagradable y esto le genera preocupación.

P. ¿En qué edades se presenta más el acoso escolar?
R. La incidencia es mayor en Primaria que en Secundaria, aunque con el ciberacoso se está compensado esto. Los niños en el tramo de edad de 6 a 11 años sufren más acoso verbal o psicológico mientras que los niños que están en Secundaria, además de éste también sufren el ciberacoso.

P. En los últimos años se ha producido un aumento del ciberacoso. ¿En qué consiste?
R. Realmente no hay que separar nunca ciberacoso de acoso porque es muy raro que ocurra por sí solo. En el ciberacoso se aprecian las dos circunstancias fundamentales para generar más daño a la víctima, que son la intensidad y la duración. Esto quiere decir que un niño que sufre un acoso de alta intensidad en poco tiempo puede sufrir tanto daño como si lo sufre con una intensidad media durante más tiempo. En cuanto a la prevención, la formación de sensibilización hacia niños empieza por comprender qué es el acoso, cómo se crea y el daño que genera sobre la víctima. A partir de ahí se dan una serie de consejos preventivos para que entiendan cosas como que no hay que compartir información privada de un compañero.

P. En el Plan nacional para la prevención del acoso escolar partís de un test que evalúa la situación del centro. ¿Cómo se utiliza?
R. El problema de las evaluaciones que existen actualmente es que muchas se basan en sociogramas y estos solo dan información de la situación que hay en el aula, como quién es el líder o quién tiene más amigos, sin entrar de lleno en el problema del acoso. Nosotros utilizamos el Test Evaluación Breve del Acoso Escolar (Tebae) que es capaz de medir la incidencia del acoso y el daño a través de los colores del semáforo. El verde plantea una situación libre de problemas, el naranja muestra una incidencia y el rojo marca una situación de peligro. Además, este test se analiza por medio de un software que impide la manipulación de datos, ya que a veces los centros intentan esconder los casos de acoso.

P. Una vez realizado el test, ¿realizáis charlas de sensibilización en el aula?
R. La sensibilización comienza con charlas de una hora con el tutor. Además, se llevan a cabo una serie de dinámicas proactivas para que intervengan y entiendan conceptos como la empatía o la exclusión. Se parte de una formación teórica para que el niño entienda el fenómeno del acoso. Las dinámicas que se aplican son teatrales y sirven para entender los conceptos. La otra herramienta que tenemos consiste en una formación complementaria a dos niños por aula, seleccionados por el tutor en base a la capacidad de liderazgo que tengan. Se les forma para que sean observadores en su grupo de iguales y para que, en caso de detectar el acoso, pongan los casos en conocimiento de los adultos. Otras charlas se hacen con los padres e incluso con los profesionales del colegio.

P. ¿Cómo debe actuar el centro una vez detectado un caso de acoso escolar?
R. Al centro escolar se le entrega un protocolo específico, complementario al protocolo oficial. Este hace mucho hincapié en que la rapidez en la investigación, en que se proteja a la víctima desde el principio y, por último, en que al acosador se le sancione de forma educativa. Actualmente se expulsa al alumno del centro como castigo y eso, para un niño que acosa, es un premio. Una sanción educativa es un castigo que al niño le cueste un esfuerzo suplementario y que a su grupo de iguales le sirva de referencia. Por ejemplo, que el niño se levante una hora antes para hacer labores de ayuda en la biblioteca o limpieza de patio. Incluso si su actitud ha cambiado se le puede escoger como uno de los dos alumnos que realizan la prevención.

P. ¿Qué otras iniciativas lleváis a cabo?
R. Se emplean herramientas de uso didáctico como videojuegos o la lectura de cuentos o novelas. En Primaria se está leyendo el cuento «El gigante de barro» y en Secundaria la novela juvenil «Bajo el paraguas azul», centrada en el ciberacoso. Para terminar, en el mes de junio se vuelve a pasar el test y se ve la evolución de la clase. Existe también un curso de atención integral de 12 horas para las víctimas, que trabaja la autodefensa, la psicoasertividad y el teatro corporal.

P. ¿Cuál es la diferencia con el plan Kivade Finlandia?
R. Según nuestro estudio comparativo, Kiva no es aplicable en España. La sociedad es diferente, el profesor finlandés cuenta con un prestigio que no tiene el español. Otro problema es que el plan Kiva forma a tres docentes para que implementan el plan. Eso aquí no se puede hacer por la extensa carga curricular del profesor. Además, el plan Kiva no tiene una herramienta de medición científica como la nuestra. Por último está el coste, mientras que Kiva cuesta 100 euros por niño, nuestro precio es de 10 euros anuales.

[A continuación imagen de la entrevista, seleccionarla para ampliar]

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