SINOPSIS:

Esta película está protagonizada por «butter» (mantequilla en español), un adolescente -con ese apodo desde hace años- que no ve sentido a su vida actual porque se siente ignorado o ridiculizado por su tamaño y peso. Su solución es crear una web para informar de que se dará un atracón de comida hasta morir en Nochevieja, y lo retransmitirá de forma online. A partir de esta premisa algunos compañeros del colegio cambian su perspectiva sobre el protagonista ¿Para bien? ¿Para mal? ¿Qué sucederá?

Cine sobre acoso escolar: «Butter (Mantequilla)»

Sobre el acoso escolar (contiene partes relevantes de la película):

Empezaré diciendo que, como película, no es una gran obra de arte, ni su argumento es de los que sorprenderán por su calidad, ni sus actuaciones son memorables, a pesar de contar con una veterana Mira Sorvino y el polifacético Mykelti Williamson. En realidad, no pasa de película de sobremesa de un sábado por la tarde. Pero sí es relevante respecto a algunos aspectos del acoso escolar que se pueden rescatar, por lo que es recomendable su visionado, sobre todo para los pre-adolescentes, ya que muestra algunos peligros latentes a los que podrían enfrentarse en su etapa más juvenil.

La historia de «butter», del que no conoceremos su nombre real hasta el final de la película, es la historia de un chaval que no es aceptado por su entorno escolar. Es el niño raro del colegio por su aspecto físico, ya que sufre de una obesidad severa, en parte por constitución, en parte porque la madre le sobrealimenta y en parte porque él mismo se ha dejado dominar por su cuerpo.

El mote se lo ponen unos acosadores años atrás, y desde entonces lo carga como una losa que lo identifica como gordo: mantequilla. Él no hace nada por librarse de él, lo asume, pero le duele y le marca. Y por actitudes pasivas como esta es por donde se produce más facilmente el acoso escolar. Llegando a sufrir las víctimas algo que en AEPAE vemos continuamente: la indefensión aprendida.

En su entorno familiar su padre -que carga con su propio trauma- se muestra distante, no porque no quiera a su hijo, sino porque no le comprende. Su madre, sobreprotectora, sí tiene la intuición de que algo malo le pasa a «butter», pero a la vez se siente culpable por prepararle tanta comida desde niño. Otros adultos que aparecen son el doctor que le atiende, que es un personaje cómico, pero con poco peso argumental; y su profesor de música, este sí, un adulto comprometido, que ve potencial en el chico por su habilidad con el saxofón, e intenta convencerle de que aproveche más sus habilidades y puntos fuertes para realizarse.

Los compañeros de colegio son estereotipos: el matón, los aprovechados, la compañera de la que está enamorado, etc… Pero aquí me gustaría destacar a la compañera de música que sí respeta y se preocupa por «butter» desde el principio. Es una buena compañera, que debería haber tenido más protagonismo, y de las que conviene tener cerca cuando se produce una situación de acoso escolar en un aula. Otros -la mayoría- reaccionan muy tarde, cuando el mal ya está hecho.

Tampoco «butter» es un santo, es cínico, de un humor hiriente y mordaz, y engaña a la compañera que le gusta haciéndose pasar por otra persona en redes sociales (cuidado aquí con los peligros de Internet y el anonimato). Si embargo, nada justifica sufrir acoso escolar, ni las víctimas tienen por qué ser necesariamente inocentes, cualquiera puede serlo, solo depende de que le sitúen en el foco de las ofensas durante suficiente tiempo.

No hablaré del desenlace, aunque es muy previsible. Pero sí destaco del tramo final de la película la aparición de la psiquiatra y cómo las víctimas de acoso escolar que llegan a las autolesiones necesitan ayuda profesional para salir adelante con más probabilidades de éxito y de no repetición; y la reflexión final que hace «butter» tras vivir las experiencias narradas. La familia también mostrará cómo afrontar una situación desesperada y salir adelante.

Rubén Gil Uceda
Área de Autodefensa de AEPAE

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