SINOPSIS:
Alicia nos cuenta cómo es su clase y quiénes son algunos de sus compañeros. Como César, un abusón con muy poca gracia; o Martín, un niño solitario. La dinámica de la clase no va por buen camino… ¿podrán erradicar el acoso escolar que sucede a la vista de todos?
Sobre el acoso escolar (contiene partes relevantes del cortometraje):
Este corto es muy educativo, podría verse en los colegios de Primaria, porque muchos roles relacionados con el acoso escolar aparecen muy bien definidos.
Tenemos a Alicia, observadora y partícipe de «la broma», hasta que se da cuenta de que no es un juego, y que un compañero suyo está sufriendo. Y, más importante, se da cuenta de que está siendo manipulada por otro para causar ese sufrimiento, y esta parte es fundamental. Para evitar el acoso escolar es necesario identificarlo, comprenderlo y eliminarlo del funcionamiento diario en los colegios. Alicia lo consigue, e influye -ahora sí de forma positiva- en que otros niños den el paso como hace ella.
También está César, en el rol de acosador que, como en el corto, a menudo va acompañado de otros acosadores secundarios, que no aportan las malas ideas pero ofrecen fuerza y apoyo a los acosadores principales. El acosador debe ser reconducido para que entienda el sufrimiento que provoca, y que el beneficio que obtiene (poder, lucro, popularidad, ego,…) haciendo daño a otros no es ni lícito, ni moral, ni socialmente aceptable. En el corto, al desmontar su dominio entre todos, se autoexcluye.
Por último, como protagonista, está Martín, la víctima del acoso escolar. Nos dicen que pasan hasta casi 60 días (2 meses) antes de que la situación se reconduzca. Son muchos días. Para AEPAE se produce acoso escolar cuando los ataques físicos, verbales, psicológicos o emocionales se prolongan en el tiempo en más de 3 ocasiones hacia la misma víctima. Aquí Martín claramente lo está sufriendo, y es mayoritario. No son juegos de niños, le atacan y le agreden porque otro compañero así lo ha decidido, no es divertido, hay una víctima que lo pasa mal y puede sufrir secuelas.
También es muy relevante el proceso de elección de la víctima. En el corto utilizan el símil de un concurso de puertas ocultas, muy acertado. En la puerta número 1 aparece una niña que sabe decir que no, que se hace respetar -de manera asertiva- y que, por lo tanto, evita el foco del acoso escolar. En la puerta número 2 aparece un niño corpulento, cuyo enfado inicial hace recular a los acosadores, ya que se dan cuenta de la dificultad y el posible fracaso que supondría intentarlo. Sin embargo, en la puerta número 3 aparece Martín, apocado, sin confianza en sí mismo, e inmediatamente es colocado en el foco del acoso escolar, como objetivo asequible para ser el centro de burlas y agresiones.
El profesor -como sucede en muchas ocasiones- está ausente. También queda bien reflejado.
Para terminar destacamos la frase de conclusión del cortometraje, a modo de moraleja:
«Los juegos de verdad no hacen daño. Corta los hilos del bullying.»
Rubén Gil Uceda
Área de Autodefensa de AEPAE