Último día del campamento. Hoy me tocaba hacer la levantada, y elegí como de costumbre, la canción “Eye of the tiger” de la película Rocky, potente y motivadora. Fueron bajando al salón para desayunar conocedores de que era el último desayuno.
A pesar de que se les notaba el cansancio, tenían un brillo especial en su mirada y una sonrisa relajada y de confianza en la vida, como si los meses de sufrimiento de acoso escolar fuesen ya, solo una pesadilla de la que acababan de despertar.
Finalizado el desayuno, hicimos un resumen del trabajo físico realizado durante la semana, adaptado a su edad y forma física. Ejercicios de resistencia y fuerza realizados con el peso de su propio cuerpo. Habían entendido que la competencia física es una pieza importante en la recuperación de su confianza y autoestima. Después tuvieron un breve descanso y refrigerio, antes de pasar al repaso de autodefensa.
Sergio y yo repasamos el protocolo de defensa de la integridad física y reforzamos algunos conceptos para que mantengan la asertividad y la valentía como un hábito cotidiano necesario, practicando algunas técnicas adicionales que tenían interés por aprender. Después, tuvieron su rato de piscina, para relajarse y refrescarse.
A la vuelta de la piscina, se sentaron a comer por última vez, ya que después, comenzarían a llegar las familias. Después subieron a las habitaciones a preparar su maleta y bajaron al salón, donde pasarían la tarde con el resto de compañeros y monitores. Momento que aprovecharon para firmar sus camisetas de AEPAE, abrazarse, reír, llorar y desearse un nuevo curso mejor y libre de acoso escolar.
Fueron llegando las familias, según el horario establecido, y bajaron a la sala de vídeo y asamblea, donde los recibiríamos Goyo, Alba y yo, como responsables de cada una de las tres áreas principales de AEPAE: psico-asertividad, teatro corporal y autodefensa. Les explicamos el contexto y les mostramos el vídeo del examen en role-playing, bajo condiciones de estrés y presión similares a las que se enfrentan en la vida real en sus colegios e institutos, trasladándoles nuestras impresiones sobre lo acontecido durante la semana con su hijo o hija. Les relatamos cuáles habían sido sus objetivos del primer día y lo que habían logrado el día séptimo. Muchas madres y padres se emocionaron al ver la grabación, y percibir el cambio en el comportamiento y la actitud de sus hijos. La seguridad, confianza y autocontrol que mostraban no tenía ya nada que ver con la pasividad, inhibición y tristeza con las que llegaron el lunes.
Terminamos a última hora de la tarde, y subimos a recoger nuestro equipaje y materiales y cargar la furgoneta. El campamento había llegado a su fin. Momento para las despedidas entre el equipo docente y el viaje de vuelta, cada uno a su destino, por toda España, con la sensación de haber aportado alegría y esperanza en las vidas de estos niños, niñas y adolescentes, con los que ya teníamos un vínculo de confianza y responsabilidad, -y entre ellos una amistad fraternal-, tras una semana intensa y transformadora.
Como presidente de AEPAE, tengo que agradecer a todas las personas que han hecho posible el campamento. En primer lugar, al extraordinario equipo docente de AEPAE que formó parte de esta VII edición de nuestro campamento «Generando Confianza»: Goyo, Pacheco, Rubén, Alba, Wendy, Sergio e Iván. Puro amor, compromiso y profesionalidad. Un equipo que funciona como un engranaje bien ajustado y en perfecto equilibrio, asumiendo el rol necesario en cada situación, con una implicación y empatía fuera de lo común.
En segundo lugar, a los profesionales que acudieron a impartir los talleres externos temáticos de cada día: Lucía, Álvaro Otero, Laura Lozano y Olga Mampel; así como al mago Óscar. Agradecimientos también a Mario Rubio por su estupenda casa rural del Nido de las Mariposas, y a Beatriz Gutiérrez, de la Hostería de Fresnedillas, por su comida casera, sabrosa y sana -con especial mención a sus bizcochos-.
Por último, agradecer también a las empresas que nos apoyan para este campamento, y con nuestra labor como asociación de utilidad pública, que no recibe -por cierto- ni un solo euro de subvención pública ¡Gracias a Cuétara, Fundación Colacao, Mattel y Giotto! Esto sí que es responsabilidad social corporativa.
Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente y responsable del área de autodefensa de AEPAE