«Lo no expresado y lo que no se transita emocionalmente se convierte en una losa que nos atrapa y no nos deja vivir…»
Llegamos al 4º día. Quizá uno de los días más importantes del campamento para poder expresar todo lo soterrado o -al menos- una parte de ello, y vaciar parte del peso que llevan l@s alum@s en su “Mochila Emocional”.
Este día trabajamos con la IRA (Rabia) y la TRISTEZA, dos emociones básicas del ser humano muy importantes y con muy mala fama.
La IRA nos ayuda a defendernos, a poner límites y a protegernos. Tiene que ver con al AHORA. Es nuestro escudo, nuestras púas (como hace el erizo de AEPAE: Erik). Es la expresión Física y Psicológica que nos dice a nosotr@s mism@s -y a l@s demás- que soy capaz y puedo.
La TRISTEZA nos ayuda a procesar lo sucedido. Una pérdida, una mala experiencia o nuestras relaciones con los demás. Tiene que ver con el DESPUÉS. Es un tiempo de pausa, de reflexión, de cuidarnos y que nos cuiden, de reinicio. Si no nos permitimos este tiempo de autocuidado y curación pueden aparecer la Ansiedad y la Depresión.
El EQUILIBRO y la PROPORCIONALIDAD nos ayudan a gestionar situaciones incómodas, injustas, violentas, dolorosas, desafiantes… por eso es importante entender que las emociones -por sí mismas- no son buenas o malas. Las emociones son las catalizadoras y la expresión de lo que nos pasa. Podríamos decir que lo bueno o lo malo tendría más que ver con la gestión de estas. Una gestión POSIBILITADORA o, por el contrario, una gestión TÓXICA.
Como cada día l@s chi@s hacen un calentamiento y entrenamiento físico básico. Es importante tener un cuerpo operativo, con energía y movilidad.
Después pasamos directamente a un par de ejercicios colectivos de BIOENERGÉTICA. No solo en la mente quedan grabadas experiencias traumáticas o desagradables, en el cuerpo también. Estos ejercicios van dirigidos a dar espacio a lo no expresado o transitado. “La mente puede ser engañosa pero el cuerpo no”
Seguido a esto pasamos a la actividad principal del día. Un ejercicio individual que posibilita la expresión FÍSICA y VOCAL de lo bloqueado en la persona, en situaciones violentas, estresantes o de hostigamiento por parte de otras personas. El equipo de monitores alienta, ayuda y recoge en todo momento a l@s chic@s. Es una dinámica muy energética, mediante la que se abren y se desahogan, quitándose buena parte del lastre que acumulan de encima. Es como un antes y un después.
Un día de emociones a flor de piel, donde el cuidado y la tranquilidad son fundamentales tanto para l@s chic@s como para l@s monitores/as. Somos empáticos y -por momentos- también nos emocionamos con ell@s.
Ya por la tarde bajaron a la piscina a relajarse, y tuvimos el taller de Yoga con Jana Galván, una persona muy intuitiva, que supo entender y escuchar las necesidades del grupo. Les ayudo a asentar todo el movimiento interno que sentían y a apaciguar sus cuerpos y mentes. Una actividad totalmente necesaria tras los acontecimientos del día.
La asamblea de ese día fluyó muy bien, la revisión de los conceptos que tratamos durante esta actividad fue positiva en todos los aspectos, posiblemente por la tranquilidad con la que llegaron y la conexión con ell@s mism@s y l@s demás. Les recordamos que la constancia hace el hábito, y ayuda a que las mejoras se mantengan y crezcan.
La velada nocturna del jueves la llamamos «Noche de erizos», y son l@s protagonistas del campamento quienes deciden qué hacer. Esta noche l@s monitores nos dejamos llevar. Fue una noche tranquila de bailes, futbolines, ping-pong y confidencias. Por la noche dormimos tranquil@s y satisfech@s, habíamos tenido un buen día:
Las guerreras y guerreros mostraron su valentía… y, como no, se merecían su descanso.
Francisco Pacheco
Área de Teatro corporal de AEPAE
