Este día la temática fue el miedo. Y también el pánico, esa sensación que nos bloquea y nos deja indefensos ante cualquier circunstancia que no podamos controlar. Para estos chicos el miedo es habitual, pues exponerse delante de los demás y soportar burlas y humillaciones diarias son situaciones que, por desgracia, han soportado muchas veces.
Además, el miedo paralizante -cuándo sabes que te van a agredir físicamente- es terrorífico para nuestros chicos. Este día nuestros alumnos se enfrentaron a sus miedos en múltiples formas, y ganaron.
Comenzamos la mañana con un buen desayuno, los chicos están muy sonriente, parece que ya van adaptándose al trabajo y a nuestro equipo. El trabajo de AEPAE arranca con un calentamiento físico, y este día fue duro, con carreras y técnicas deportivas de autodefensa agotadoras y exigentes.
Luego comenzamos a trabajar en el área de teatro con ejercicios de autoconfianza, como aguantar la mirada a la pareja, haciendo que algunos alumnos lleven su inseguridad hacia la risa, teniendo que pedirles seriedad y concentración. También se trabaja la respiración, tumbados en el suelo, para que identifiquen los distintos tipos de respiración y el diafragma, su función y su control. Muy importante para poder controlar los miedos. También trabajamos los insultos y la defensa verbal, unido a la mirada al frente y a una colocación corporal adecuada.
Pasamos al ejercicio de las máscaras, visualmente muy impactante. Uno de los chicos fue el que salió a realizar el ejercicio, se le vendan los ojos y al quitarle la venda observa como una multitud con máscara lo observan. Su expresión fue de incertidumbre y desconfianza. El grupo se acerca y lo rodea, y el alumno comienza a tener movimientos provocados por los nervios, mostrando miedo y ansiedad; sensaciones que los alumnos van interiorizando para comprender que tienen que dominarlas.
Luego toca el trabajo de defensa personal, hoy dimos importancia la colocación corporal, ya que nuestra corporalidad dice mucho de como está nuestro estado emocional, y es muy importante que no pierdan la posición asertiva. Además, inciden en las técnicas de defensa, que los alumnos comienzan a practicar con soltura. No hay nada como ver sus caras cuándo son capaces de parar golpes de alguien mayor y más fuerte, cómo empiezan a descubrir sus posibilidades, sus fuerzas, y aparecen sus ganas de aprender.
Y, como última actividad de la metodología de AEPAE por la mañana, llega el trabajo terapéutico con los psicólogos. Comenzaron con el trabajo de la gestión emocional, donde trabajan en sus miedos y en los insultos y humillaciones que más les molestan y les hacen sufrir. Si no podían verbalizarlos -como les sucedió a varios- se les daba la opción de escribirlo. Además, se trabajó la fórmula verbal ante cualquier insulto, humillación, burla, etc. Esta técnica, que en AEPAE llamamos estocada, es muy importante, y sabemos que los alumnos tienen que practicarla bastante. Pueden utilizar dos opciones: Negando el insulto o afirmándolo. Al principio les cuesta sacar la voz, pero, poco a poco, van adquiriendo confianza y sacando sus voces más fuertes, enviando mensajes claros y contundentes.
Pasamos al almuerzo. Los chicos ya entienden que tienen que comer, pero algunos aún intentan evitar las verduras y otros tipos de comida casera. Los monitores insistimos en que deben comer variado y tener una alimentación sana.
Para el taller especial de la tarde toca salida y nos vamos al parque de multiaventura. Un recinto al aire libre, en un bosque, en el que pueden escalar a los arboles y lanzarse de árbol en árbol con tirolinas. En un principio yo era reticente a subirme, pero había que desmostar a los chicos que todos debíamos enfrentarnos a nuestros miedos. Tanto mi compañero Sergio como yo subimos con ellos, y todos se subieron en los retos adaptados para sus edades. Menos una de las chicas, que nos fue imposible que se subiera a dos metros del suelo.
Descubrimos que teníamos unos alumnos muy valientes y se lo pasaron muy bien. Fue una tarde agotadora, pero mereció mucho la pena, pues ya tenían otra actitud corporal. Y -por mi experiencia, pues tengo vértigo- superarme, e incluso subir a la prueba más alta, me generó una sensación de alegría y superación que pude identificar también en algunos alumnos.
En la asamblea estaban bastantes cansados y no tenían mucho que decir. Se fueron a las duchas y tuvieron las llamadas a sus familias. Estas llamadas son cortas, de menos de 5 minutos, que animaron a muchos y entristecieron -temporalmente- a algunos otros, al escuchar las voces de sus seres queridos. Es el único contacto con sus padres durante la semana. Tras muchos años probando distintos formatos, en AEPAE nos hemos dado cuenta de que es la mejor manera de que los alumnos no pierdan el foco de la metodología que están aprendiendo. Además, no tienen acceso a dispositivos durante toda la semana, lo que les ayuda a relacionarse entre ellos y con los monitores.
Bajaron a cenar y estaban muy emocionados por el día. Pasamos a la velada, también relacionada con el miedo. Es la noche del Cluedo de AEPAE, en la que -en un reino inventado- sucede un delito inesperado. Los alumnos, que se organizan por equipos, tienen que ir visitando distintas estancias “del castillo” por toda la casa rural, con la luz apagada y linternas para guiarse. En cada estación estamos uno de los monitores -caracterizados como un personaje de la historia- con información importante para resolver el misterio. Pero, para conseguir la información los grupos tienen que superar una serie de pruebas, de todo tipo: habilidad, memoria, imaginación, conocimiento, acertijos y más. Por supuesto, como en la vida misma, algunos personajes con los que se encuentran les harán gritar de miedo (hilo conductor del día), otros les provocarán risas y otros serán sus aliados en esta aventura. Con orgullo podemos informar de que todos los grupos solucionaron el caso. Terminamos la velada -tras algún que otro susto- y a descansar.
Carmen Román Buendía
Área de Teatro corporal de AEPAE