De la dieta basura a la canción basura.
Hace unos días recibimos un correo electrónico de una madre preocupada, al ver que su hija de 10 años estaba viendo vídeos de canciones en su tablet. Su sorpresa fue mayúscula al ver y escuchar una canción titulada “Patito feo”, del grupo adolescente “Las divinas”.
Este es un fragmento de la canción:
“Nadie pasa de esta esquina
Aquí mandan las divinas
Porque somos gasolina
Gasolina de verdad
Todos saben quién manda en esta school
Porque nosotras somos gente cool
Gente que siente con sangre caliente
Que quiere hacerse oír
Sea como sea, aquí no entran feas
Pa’ que lo veas te voy a mostrar
Mira esa fea, aquí hay otra fea
Aquí no pueden entrar”
Siempre ha existido la polémica sobre los límites de la libertad de expresión y sobre la conveniencia o no de censurar ciertos contenidos. Tampoco podemos olvidar el delito de odio, que podríamos definir como toda aquella conducta movida por un claro afán discriminatorio y denigrante, dirigida contra un grupo, una parte del mismo o una persona, por motivos racistas u otros que tengan que ver son su ideología, religión, creencias, orientación sexual, etc..; con capacidad suficiente para incitar al odio contra tales personas, o lesionar su dignidad personal; así como justificar, enaltecer o dar publicidad a tales conductas.
La libertad de expresión no es un derecho absoluto. Hay ciertas limitaciones, como la difamación, la calumnia, o la incitación al odio, que están muy relacionadas con el acoso escolar. Las familias debemos estar atentas a este tipo de actitudes discriminatorias y estigmatizadoras, que pueden hacer mucho daño en el entorno escolar.
La tipología del acoso escolar es muy variada, y como ya hemos explicado en otros artículos, surge de la diversidad y/o la oportunidad. En este caso existe una clara discriminación y estigmatización del concepto no normativo de la belleza, que nos tratan de imponer en los medios de comunicación: la sexualización de la infancia y el aspecto físico como principal sustento del valor de la persona. Pero, por encima de todo, la tendencia a maltratar a los demás como valorización propia. Estamos hablando de un empoderamiento tóxico y deshumanizador, contra el que hay que hacer pedagogía. Las redes sociales tienen también otro tipo de mensajes, incluso, muchas canciones positivas para visibilizar y combatir el acoso escolar. De la misma manera que cuidamos la dieta de nuestros hijos e hijas, procurando apartarles de la comida basura, también podemos apartarles o al menos hacerles conscientes de los mensajes basura.
Una canción como esta, escuchada por un adulto, puede resultarnos de mal gusto y educativamente dañina, porque tenemos la capacidad de contextualizar el mensaje. Los niños y las niñas no tienen aún esa capacidad y pueden llegar a normalizar estas actitudes, convirtiéndose en maltratadores narcisistas. No es ninguna broma. No son cosas de niños. El acoso escolar mata.
Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE
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