Hace unas semanas pude revisar algunas de las propuestas de proposición no de ley que se han presentado, o se van a presentar, en el Congreso de los Diputados y, sinceramente, no dejo de sorprenderme de la ideologización de la sociedad en lo que se refiere a temas sociales y en concreto al acoso escolar. No se ponen de acuerdo, y al adversario político ni agua, aunque muchos niños, niñas y adolescentes se estén ahogando en las aguas turbulentas del acoso escolar.

AEPAE - El acoso escolar no tiene color

Para que una propuesta sobre el acoso escolar sea consensuada por toda la sociedad y por todos los partidos políticos -que no olvidemos son los representantes de la sociedad que les vota-, debe tener varias características esenciales que no podemos obviar:

Debe ser una propuesta inclusiva, tomando en cuenta las distintas tipologías del acoso escolar, pero sin priorizar unas sobre otras. Después de 15 años de trabajo incansable en la prevención del acoso escolar y cerca de 5.000 víctimas atendidas, AEPAE puede afirmar que NO existe ninguna tipología que sufra más que otra, ni en frecuencia ni en intensidad. Ya hemos explicado en anteriores artículos, que las dos circunstancias que intervienen en el inicio de una situación de acoso escolar son la singularidad y la oportunidad. Si alguna persona pretende convencernos de que algunas tipologías importan más que otras, está simplemente equivocada.

Debe ser una propuesta realizada con conocimiento no solo teórico sino práctico del problema, porque el papel lo soporta todo, pero la realidad no.

Debe ser una propuesta no basada en lugares comunes y demagogia, sino con medidas concretas y articuladas exhaustivamente para su aplicación, especificando acciones, recursos y tiempos.

Debe ser una propuesta medible, ya que los recursos no son infinitos y jugar con la pólvora del rey y hacer las cuentas del gran capitán es la alternativa fácil. No vale con implementar cualquier protocolo, aunque sea muy aparente, sino intervenciones eficientes en las que se pueda cuantificar el impacto.

Por último, debe tener un respaldo legislativo y normativo para facilitar su desarrollo, y que el propio sistema no sea el que sabotee su aplicación. Como ejemplo de esto último, los protocolos no deberían decir de manera genérica que son confidenciales, ya que es una trampa legal y un fraude de ley. Los protocolos deben ser confidenciales sí, para todas las personas excepto para las familias implicadas, que tienen el derecho a conocer el proceso en el que sus hijas o hijos están involucrados, y como se desarrolla.

El acoso escolar es la forma de maltrato más común en la infancia y en la adolescencia, con una incidencia que oscila entre el 9% y el 24%, según los últimos estudios realizados. Extrapolando el porcentaje más bajo u optimista del 9%, estamos hablando de 500.000 niños, niñas y adolescentes que sufren acoso escolar en nuestro país.

Sí, han leído bien: Medio millón de personas. Personas pequeñas, pero personas.

AEPAE seguirá luchando para que se le dé al acoso escolar la importancia que merece y para ello estamos trabajando en la preparación de las I Jornadas Nacionales para la Prevención del Acoso Escolar, que sacará a la luz muchos problemas asociados al acoso escolar desde varias perspectivas: social, legal, sanitaria y educativa. ¡Seguimos avanzando!

Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE

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