Después de 15 años de trayectoria y de ser referencia nacional e internacional en materia de prevención e intervención ante el acoso escolar, seguimos avanzando. La razón de embarcarnos en esta nueva iniciativa es visibilizar la problemática que existe en el tratamiento de la forma de maltrato más común en la infancia y la adolescencia.
El acoso escolar lo sufren en España más de medio millón de niños, niñas y adolescentes, a menudo indefensos ante un maltrato sostenido en el tiempo que convierte sus vidas en un infierno. No existen cambios sustanciales en el sistema educativo para combatirlo, y desde AEPAE vamos a trasladar a la opinión pública la realidad, aportando nuestra experiencia y reclamando medidas urgentes y necesarias.
El acoso escolar es una forma de maltrato que tiene muchas aristas. Es un problema poliédrico que requiere abordarse desde el ámbito social, educativo, sanitario y legal, que es lo que haremos en estas jornadas. Pero sobre todo requiere abordarse con valentía, llamando a las cosas por su nombre, para encontrar soluciones prácticas, reales y operativas. Es el espíritu de AEPAE.
La estructura de las Jornadas será de mañana y de tarde con distintas ponencias dinámicas, claras y prácticas. Se realizarán en formato presencial y en directo por streaming desde nuestro canal de youtube, para llegar a la máxima audiencia posible. En las próximas semanas iremos anunciando a los ponentes, profesionales reconocidos en multitud de ámbitos.
Por la tarde y de forma paralela, realizaremos dos talleres para víctimas de acoso escolar en los que enseñaremos herramientas de afrontamiento, siguiendo nuestra metodología del curso de habilidades asertivas. Para ello ofrecemos becas gratuitas a niños y adolescentes.
Desde AEPAE os pedimos ayuda en la difusión, para que nuestra denuncia llegue a los poderes públicos y así provocar un cambio de paradigma, en el que se trate al acoso escolar como se merece: como un problema de derechos humanos. En la génesis del acoso escolar, se encuentran a menudo la xenofobia, la homofobia, el maltrato de género y la violencia hacia las personas con diversidad funcional. Una sociedad sana y civilizada no puede permitirse este tipo de violencia. Se lo debemos a las próximas generaciones.