Dicen que el acoso escolar ha existido siempre, que te hace más fuerte y que es una suerte darwiniana de selección natural. Los más aptos en el manejo de la violencia invisible, en la manipulación dentro de su grupo de iguales y en la falta de empatía, obtienen el liderazgo social en su microuniverso educativo. Se están preparando para convertirse en adultos con comportamientos tóxicos y controladores, en una realidad en la que la violencia es rentable y el sistema estrangula cualquier intento de disidencia. Las víctimas son relegadas, excluidas y vilipendiadas. No forman parte del juego y están condenadas al infierno.

AEPAE - La caja de resonancia del acoso escolar

Vamos a hacer un paralelismo entre la vida y la guitarra, ambas llenas de emociones contenidas, dispuestas a salir a borbotones si encontramos la melodía adecuada. La caja de resonancia es ese espacio hueco, que multiplica los sentimientos, amplificándolos. Todo lo que está dentro, está fuera, multiplicado de forma exponencial. La vibración que emite es la que proyectamos al exterior, atrayendo lo semejante y rechazando lo disonante. Si emitimos miedo, atraemos miedo. Si emitimos amor, atraemos amor.

Parece que hablar de amor en tiempos modernos nos convierte en seres humanos blanditos y débiles, carentes de carácter, que viven en un mundo ilusorio. El problema es la falta de equilibrio. Amor también es coraje, entereza y empatía, y no está exento de firmeza.

En el acoso escolar el miedo condiciona todos los procesos. El miedo de la víctima a seguir sufriendo maltrato. El miedo del victimario no solo al castigo, sino también a no ser valioso si no somete a los demás. El miedo de las familias a haber fallado en la protección de sus hijos o en su defecto, a no haber puesto límites a tiempo. El miedo de los profesores a no haber actuado correctamente y a que les afecte la situación en lo laboral. El miedo de los colegios a perder su prestigio. El miedo de los políticos a perder su sillón.

Volviendo a la comparación musical: las guitarras; para que su caja de resonancia emita la vibración, necesitan una barra cilíndrica, que sirve para soportar la presión de las cuerdas, cuando están tensadas. Esta pieza se llama alma. Si no existiese esa pieza, el mástil del instrumento, se doblaría: en el acoso escolar falta alma. Falta un propósito alejado del miedo. Falta el amor primordial hacia los niños y las niñas que lo sufren, y sobran los intereses espurios de los adultos.

Falta que cada parte asuma su responsabilidad: las víctimas que -una vez afrontado el problema y adquiridas las herramientas- luchen para salir de la indefensión aprendida, sin sobreprotecciones, para recuperar el control de sus vidas. Los victimarios, que asuman y acepten las consecuencias de generar daño a sus iguales, con una sanción firme y motivada.  Las familias de las víctimas, que estén preparadas para una detección temprana, que actúen con rapidez y firmeza y que aporten herramientas de asertividad y valentía a sus hijos. Las familias de los acosadores y acosadoras, que entiendan el sufrimiento que sus hijos e hijas han generado en las víctimas, y que es necesaria una sanción reeducativa, por el propio bien de los menores y por una justa restauración del daño. Los profesores y profesoras, que entiendan que no hacer lo correcto en tiempo y forma agrava la situación, incrementa el sufrimiento y pudre la convivencia. Los colegios, que entiendan que tienen la guardia y custodia de los menores y son responsables de su seguridad física y emocional. Que los colegios que oculten el acoso escolar, lo minimicen o presionen a las familias de las víctimas a marcharse sepan que serán señalados y denunciados. Los políticos que sigan negando la mayor -sabiendo que el sistema educativo en materia de acoso escolar es un fraude, que deja en absoluta indefensión a las víctimas y a sus familias- serán responsables, por dejación de funciones, del sufrimiento de los menores.

¿Hay algún responsable educativo que tenga el cuajo de decirle a alguna madre o a algún padre cuyo hijo o hija se ha suicidado por culpa de sufrir acoso escolar, que eso son cosas de niños y que el sistema les protege adecuadamente?

Enrique Pérez-Carrillo de la Cueva
Presidente de AEPAE

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